Los créditos bancarios son uno de los mejores aliados de aquellos que quieren alcanzar metas a corto o mediano plazo. Este tipo de servicio se define como un acuerdo entre un usuario y una entidad financiera, donde esta última entrega una determinada cantidad de dinero al primero, para luego ser devuelta en cuotas mensuales con una tasa de interés anual.
Aunque este mecanismo de financiamiento suene muy prometedor, debemos tener en cuenta que es un arma de doble filo. Si no se es consciente de las responsabilidades que acarrea un crédito, posiblemente tu experiencia se convierta en una pesadilla financiera. Para evitar esto, debe conocer algunos puntos clave.
¿Qué tener en cuenta antes de tomar un préstamo?
Tú situación financiera
Antes de tomar cualquier responsabilidad financiera, asegúrate de tener una situación económica solvente. Si por el contrario, buscas usar el crédito para refinanciar otros prestamos, confirma que este nuevo crédito tenga opciones de pagos e intereses más competitivos que el de tus antiguas deudas.
Las condiciones del préstamo
Un punto clave a tener en cuenta antes de tomar un préstamo bancario. Debes conocer con detalle: el plazo fijado para el pago total del crédito, los meses que lo componen, la tasa de interés anual, la variabilidad de esta, y la cuota mensual de pago.
Ten en cuenta que mientras más largo sea el plazo de pago de un crédito, mayor será el valor del interés. Incluso, puede que tu plazo sea lo suficientemente largo como para hacer que el pago del interés sea mayor que el del monto del crédito.
Existen dos tipos de tasas de interés, las de plazo fijo y las variables. Las primeras son fijadas durante la contratación del crédito y no varían durante el contrato; mientras las segundas pueden variar dependiendo de factores económicos externos. Aunque por regla general, los bancos ofrecen créditos con tasas fijas, no está de más asegurarte de este detalle.
El historial crediticio
Otro punto a tener en cuenta antes de tomar un préstamo, que desafortunadamente, muchos usuarios no toma en consideración. El historial crediticio es lo primero que estudia un banco antes de aprobar un crédito. Si tu historial no es bueno, posiblemente no te den el préstamo. Por el contrario, si no tienes historial, en caso de que te aprueben el crédito, será por una cantidad mínima.
Para tener un historial aceptable, lo más recomendable es pagar tus cuotas mensuales a tiempo y evitar aceptar créditos con monto superiores a la de tu capacidad de pago.
Tener un respaldo crediticio
Además del historial, los bancos también estudian los activos a tu nombre que pueden servir como garantía de liquidación de deudas. Es decir, todas aquellas propiedades o ahorros que el banco puede confiscar en caso de impago.
Si eres un usuario con pocos o ningún bien material, lo mejor es tener un ahorro en efectivo. Esto no solo será visto de forma positiva por el banco, también puede ayudarte a pagar el crédito en caso de que tus proyectos de emprendimiento o cumplimiento de metas no tengan los resultados esperados. Lo ideal sería que tuvieras como mínimo lo equivalente a tres cuotas mensuales de crédito.